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EVALUACIÓN DEL PRIMER EVENTO REALIZADO POR EL FORO VECINAL DE SEGURIDAD DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN 7MA. DE TRES DE FEBRERO.
Con el objeto de recaudar fondos para la compra de los móviles
que realizarán un servicio de vigilancia en Ciudad Jardín y Palomar
Sur, el día 19 de mayo concurrieron a la Feria de España alrededor
de 250 vecinos. Un número muy escaso para las 6.500 viviendas que componen
nuestra ciudad.
Al día siguiente, para la Feria de Polonia, creció un poco la
concurrencia, pero no llegaron apenas superaron las 350.
Publicidad hubo. Se colgaron pasacalles en cada una de las cinco entradas a
la ciudad y en los principales centros comerciales.
Se distribuyeron volantes informativos y se alquiló el servicio del coche
parlante para que recorriera el barrio.
La gente estaba enterada ¿Y?…
Indiferencia…? Bronca…? Alguna influencia política…?
Apatía…? Falta de solidaridad…? Desconocimiento del proyecto…?
Desconfianza…?
El día 25 de mayo, a las 9 de la mañana, estábamos en Bvard.
San Martín para comenzar la celebración de nuestra Fiesta Patria,
tal como se había previsto, pero Boulevard estaba desierto.
Muy poca gente cruzaba para comprar algo en el supermercdo.
Ví a un vecino conocido y me acerqué a saludarlo. El había
venido con su hija. Reflexionábamos sobre la falta de participación
de la gente, cuando un conocido suyo pasó a nuestro lado y se saludaron.
No conozco a esa persona y ya me olvidé de su cara. Lo único que
recuerdo es que cuando le preguntó si venía al acto, le contestó
con una sonrisa socarrona ¿Yo?… ¡No!…Con estas cosas
no la voy…
Lo que continuó diciendo no lo recuerdo tampoco. Sólo me quedó
su burla y su pedantería.
Hay miserias humanas que a veces afloran sin querer. Lo importante es darse
cuenta en algún momento y tratar de no repetirlas.
Dejé a mi interlocutor y me acerqué nuevamente al grupo.
Oí a uno de nuestros miembros que dijo muy afligido por la falta de gente
"¡Qué vergüenza!" "¡En qué fallamos!".
Me di vuelta y le contesté con mucha bronca: "Nosotros no fallamos.
Falló la gente". "Yo no siento ninguna vergüenza. Puse
todo mi esfuerzo para conseguir algo bueno para mi ciudad. Puse mi mejor intención,
mi tiempo, mi modesta contribución, dentro de mis posibilidades. Toda
mi energía. Igual vos y todos los que estamos acá. Tenemos que
sentirnos muy orgullosos de haber ofrecido lo mejor de nosotros. Habrá
que trabajar más, pero no podemos sentir vergüenza de esto. Vergüenza
tendrían que sentir los cómodos. Los indiferentes. Los incrédulos
que no se molestan en acercarse para enterarse de nuestros proyectos y critican
desde afuera sin saber bien de qué se trata. Los que les resbala izar
nuestra bandera en nuestra plaza y que se andan pavoneando con ropa que lleva
banderitas extranjeras, como si eso los hiciera sentirse "más"…".
Poco a poco se fue poblando la calle. Llegaron las delegaciones de los colegios,
los grupos de Scouts, la Unidad Sanitaria N° 7, los Bomberos Voluntarios,
autoridades municipales, gente de distintas instituciones, etc. y de la nada,
surgió un acto muy emotivo, en el cual me tocó el alto honor de
participar en el izamiento de la Bandera Nacional y canté, con toda mi
potencia, el Himno Nacional Argentino en el magnífico marco que aportó
el Ballet estable del Cabildo de Buenos Aires, que culminó su pericón
con una alegoría de la Libertad.
Terminó la Feria el 27 de mayo y el número de concurrentes fue
creciendo hasta el final.
De todo esto rescato dos actitudes ejemplares, al margen de la gran colaboración
que recibimos de miembros de algunas instituciones como, por ejemplo, la gente
del Batallón 601 que nos brindó toda su hospitalidad y cuidó
con celo profesional el material que permaneció dentro del predio mientras
duró la feria y en contraposición a la actitud de aquel desconocido:
1) El Sr. Luiggi de CASEROS, cuando se enteró de nuestro trabajo, donó
el material para una paella para 80 personas. Excelente mercadería.
2) El Sr. Francisco Gómez de la Fuente, un vecino español, que
se solidarizó con nuestro esfuerzo, aceptó cocinar la riquísima
paella que se sirvió el día 19, pese a que se trataba justamente
de su cumpleaños y pensaba pasarlo en familia. También llevó
tortillas españolas, ensadada cántabra y jeréz.
3) Su esposa y su hijo, armaron un stand español lleno de claveles que
ella misma fabricó con mucha creatividad. Ella lo atendió con
aire español y regaló simpatía.
Estos son modelos para imitar.
¿Será que son modelos europeos…?
Hace muchos años los vecinos de Ciudad Jardín eramos todos así.
Debemos volver a la fuente.
Luis Ismael Sardá.