Otra vez inseguridad en el tren.

Un incidente e interrogantes que necesitan respuesta.

 

A las 21:54 del Viernes 6 de Enero del 2005 un tren del ramal Retiro-Tigre se detuvo en la estación La Lucila más de lo debido; el motivo: un hombre de unos 55 años había sufrido una aparente insuficiencia cardíaca. Por esto, la formación se detuvo a la espera de personal médico para atender a la víctima, llamado, como es obligatorio, por el personal de la empresa.

 

A medida que pasaba el tiempo, y la ambulancia no llegaba, los pasajeros empezaron a descender de la formación y, a raíz de no recibir ninguna explicación por parte del personal de TBA, comenzaron a increpar a al personal policial, de la comisaría 1ª de Olivos, que se había hecho presente en el lugar. Lo que los pasajeros no entendían (o aceptaban) es que la policía de Vicente López no podía retirar a una persona en grave estado de salud sin asistencia médica.

 

Al ver que no aparecía ninguna ambulancia, un comerciante de la zona llamó al Hospital de Vicente López, pero le explicaron que no podían intervenir ya que, técnicamente, la zona del ferrocarril no es parte del Municipio. También se encontraba presente el Presidente del Foro Vecinal de Seguridad de Olivos-La Lucila, quien requirió información a un efectivo de la Policía Federal presente, quien explicó que el territorio ferroviario está custodiado / resguardado por la Superintendencia de Seguridad Ferroviaria de la Policía Federal y que él tenía órdenes de esperar hasta que llegue el servicio de ambulancias.

 

En resumen: las responsabilidades iban y venían mientras un grupo de pasajeros del tren empezaron a agredir a los efectivos policiales: primero fueron insultos y después comenzaron a golpear los patrulleros con golpes de puños, patadas y finalmente arrojando botellas. En ese momento los móviles policiales se vieron obligados a retirarse del lugar para “priorizar la integridad de las personas presentes,” ya que, de lo contrario, podrían haberse producido consecuencias aún más lamentables.

 

La ambulancia a las 22:50 (más de 45 minutos después) y retiró al hombre.

 

Este hecho deja muchos interrogantes sobre la capacidad de la empresa TBA para resolver eventuales imprevistos que puedan poner en riesgo la salud de sus pasajeros. Muchos vecinos se preguntaban qué hubiera pasado en el caso de una  catástrofe mayor como un incendio o colisión en alguna de sus formaciones, cuáles son las responsabilidades y los controles que no funcionaron en este caso para actuar con la diligencia necesaria.

 

Cuando finalmente los vecinos y comerciantes de la zona se hallaban conversando, más tranquilamente, acerca de lo sucedido, les llamó la atención la llegada, a las 23:30 (¿?), de una ambulancia proveniente de la Municipalidad de Vicente López, a los fines de atender a la víctima.